Una iniciativa estratégica impulsada por el Rector Omar Larroza y la Secretaria General de Ciencia y Técnica doctora Laura Leiva busca formar recursos humanos especializados en áreas científicas emergentes. Los becarios trabajarán durante dos años en proyectos que abarcan salud, productividad agrícola y justicia, con aplicaciones directas para el desarrollo regional. 140 profesionales y estudiantes compitieron por 10 becas de investigación en el marco del programa IA-UNNE en una iniciativa única entre las universidades públicas del país.
La semana pasada se dio a conocer la nómina de los 10 becarios seleccionados de la Primera Convocatoria para las Becas Internas de Investigación en Inteligencia Artificial dentro del programa IA-UNNE.
Esta oferta que la Universidad Nacional del Nordeste ha puesto a consideración, es una de las primeras a nivel nacional dentro del ámbito de las universidades públicas, que persigue un objetivo institucional estratégico, promover la formación de recursos humanos en áreas científicas emergentes.
La convocatoria, que forma parte del Programa de Fomento a la Investigación en Ciencia y Tecnología con Fines Específicos (FI.CyT.FE), superó ampliamente las expectativas de la institución. Según explica el doctor Manuel Pulido, coordinador del equipo de investigadores expertos en IA, responsable de la evaluación y selección de postulantes, el nivel de interés demostrado por la comunidad universitaria fue excepcional: “Tuvimos 140 inscriptos para sólo 10 becas, lo que demuestra que la comunidad universitaria está muy interesada en este tipo de ofertas”.
El proceso de selección tuvo su complejidad por la calidad de los antecedentes presentados por los postulantes tanto de la UNNE, como también de universidad de otras provincias y países limítrofes. Profesionales de todas las áreas y estudiantes de los últimos años participaron de una convocatoria que abarcó prácticamente de todas las facultades de la universidad, reflejando el carácter transversal de la inteligencia artificial como disciplina.
Para el desarrollo del Programa de IA-UNNE se formó un grupo de ocho profesores de distintas facultades y disciplinas de la institución que incluyen Ingenierías, Economía, Informática, Matemática, Química y Física. De este grupo participan Emilio Angelina, Guillermo Castro, Matias Hisgen, María Magdalena Lucini, Sonia Mariño, Javier Mroginski, Inés Pisarello y Manuel Pulido. El cual ha venido trabajando mancomunadamente ya hace dos años en la formación de recursos humanos en el aprendizaje automático y la IA.
Visión estratégica institucional. La iniciativa de la beca surgió del interés particular del Rector de la UNNE, doctor Omar Larroza, y de la Secretaria General de Ciencia y Técnica, doctora Laura Leiva, quienes identificaron la inteligencia artificial como una de las áreas estratégicas prioritarias para el desarrollo institucional.
“Esto es producto de la visión de las autoridades, tener esa perspectiva de a dónde quiere ir la universidad, hacia dónde tenemos que apuntar las líneas de investigación en el futuro cercano”, destaca Pulido. La decisión responde a una necesidad concreta: mientras que la creación de nuevas áreas de investigación en el ámbito universitario tradicionalmente requiere procesos largos, los programas estratégicos como estas becas permiten empezar a generar de modo expeditivo formación de recursos humanos en campos emergentes.
Ejes del programa. El programa se estructura en tres grandes ejes que abordan aplicaciones concretas de la inteligencia artificial:
Eje de Salud: El primer eje se enfoca en el desarrollo de técnicas de deep learning aplicadas al análisis de electrocardiogramas. Los becarios trabajarán en la creación de sistemas que puedan cuantificar automáticamente características cardíacas como el tamaño del ventrículo izquierdo y la fracción de eyección, facilitando diagnósticos “cuasi automáticos” del estado cardiovascular.
Esta línea de investigación podrá generar una herramienta que fortaleza el diagnóstico médico, especialmente en enfermedades difíciles de detectar, aprovechando la capacidad de la IA para analizar secuencias de imágenes a lo largo del tiempo, una tarea compleja para el ojo humano.
Eje de Productividad y Ambiente: El segundo eje aborda dos áreas críticas para el desarrollo regional. Por un lado, se desarrollarán modelos predictivos para la productividad de granos estratégicos como soja, maíz y algodón, utilizando variables climatológicas como precipitación y estado del suelo.
Por otro lado, se explorará la aplicación de modelos de IA para pronósticos meteorológicos, una revolución paradigmática que ha sorprendido incluso a los expertos. “Hace cuatro años atrás hubiera apostado que no iba a ser posible, que por lo menos necesitábamos 20 años más”, confiesa Pulido sobre el avance acelerado de estos modelos que ya superan en precisión a los tradicionales modelos físicos.
Eje Modelos de lenguaje para el ámbito jurídico: El tercer eje se centra en la aplicación de modelos de lenguaje natural al campo legal, un área con mucho potencial para agilizar procesos judiciales. Los becarios trabajarán en el desarrollo de sistemas capaces de procesar sentencias judiciales y optimizar procedimientos en el ámbito de los poderes judiciales provinciales.
El programa de dos años de formación está diseñado para permitir la maduración conceptual necesaria en un campo que requiere sólidos fundamentos matemáticos y estadísticos y los tiempos propios de la investigación. “Detrás del IA hay mucho de estadística y hay mucho de matemática, así que lleva tiempo asimilar los conceptos”, explica Pulido.
Dentro de la iniciativa IA-UNNE se organizarán workshops y reuniones científicas dentro de la universidad donde los becarios podrán exponer sus trabajos ante la comunidad universitaria interesada en el desarrollo del área.
Desafío. Uno de los grandes retos que enfrenta el programa es la alta demanda empresarial de profesionales formados en IA. El doctor Pulido reconoce que “mucha de esta gente que se forma en la Universidad termina muy rápidamente trabajando en empresas” debido a la escasez de perfiles especializados en el mercado laboral. Sin embargo, mantiene una perspectiva optimista: “La universidad está para eso, está para formar profesionales que estén preparados en temas de punta y que terminen trabajando en empresas porque eso mejora la productividad del país”. No obstante, confía en que “los becarios retribuyan a la universidad y la sociedad, continuando ligados a la producción de investigación y aportando a la formación de futuras generaciones en la universidad.”
Con expectativas de expandir la iniciativa a otras áreas emergentes la UNNE se posiciona como pionera en la formación de recursos humanos especializados en las tecnologías que definirán las próximas décadas.
El éxito de esta primera cohorte de becarios será determinante para la continuidad y expansión del programa, estableciendo las bases para que la UNNE se consolide como un referente nacional en la investigación y aplicación de inteligencia artificial.