Infancias y adolescencias de diversas regiones argentinas tomaron la palabra en primera persona y reflexionaron, en diálogo con la agencia Télam, sobre cuáles son sus derechos, cuáles se cumplen, cuáles no, además del porqué se creó un Día para las Infancias.
El marplatense Ignacio Heit Astaita, de 11 años, manifestó que «el Día de las Infancias existe porque todos estamos teniendo una infancia y nos representa».
«Nuestros derechos son estudiar para que un día podamos conseguir un trabajo, tener una familia que nos quiera y nos ayude en nuestros problemas. Poder tener un plato de comida, porque hay muchos chicos que no tienen para comer, a jugar, a tener amigos y a divertirnos», resaltó Ignacio, estudiante del colegio Juan Gutenberg del barrio San Carlos.
En el mismo sentido, Lupe Palacio, de 10 años, del barrio porteño de Flores, coincidió en que es un día donde «si o si se tienen que respetar los derechos, porque hay muchas veces que no se respetan» y subrayó que las infancias tienen derecho «a decir que ‘no’, a la educación, a que nos traten bien y un montón más».
Desde el Barrio Mugica, de esa misma ciudad, la adolescente Aylén Famoso, de 15 años, dijo que «este Día se reconoció para crear una infancia feliz y tener un desarrollo pleno como ser humano».
Más al sur del país, la mendocina Carmelo Giardina, de 11 años, de la localidad de San Rafael, ponderó los derechos de las infancias como «ser libres, no ser maltratados, que nos respeten, que no nos peguen y poder jugar», mientras otro niño mapuche de 12 años, Liwen kimun Quintriqueo, de la ciudad rionegrina de Bariloche, remarcó el derecho a «tener una identidad, a vivir tranquilo en mi comunidad, a tener una ruka-casa, a poder jugar, ir a la escuela y presentar mi wenufoye (NdR: bandera mapuche)».
Sobre los derechos que sí se cumplen y los que no se respetan, el niño aclaró que «vivimos en la comunidad tranquilos, pero cada tanto intentan desalojarnos y tenemos que ir todos a demostrar que siempre estuvieron mis abuelos en este lugar y ahora estamos nosotros».
Desde la provincia de Entre Ríos, Sofía, una niña de 12 años de la localidad de Paraná, aclaró que «es una de las etapas más importantes de nuestra vida y por eso tiene que tener un día».
Una niña santiagueña del sur de la capital, Pia Galeano, de 7 años, a quien le encanta bailar, dijo que «es un día muy lindo para que niños y niñas estén felices y compartan con sus familias».
Esos derechos, según sus palabras, a veces no se cumplen «porque algunos no tienen comida, un lugar para vivir o no están bien en donde están», reflexionó. Y aclaró que su mayor deseo «es que todos los niños y niñas del mundo tengan un hogar, comida y alguien que los ame».
Sobre la celebración de este día, el titular de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), Gabriel Lerner, enfatizó que «el Día de las Infancias es un momento para que los adultos pongamos nuestras energías en que los chicos y chicas tengan momentos de disfrute».
En sus 54 artículos, define los derechos humanos básicos que deben disfrutar los niños, las niñas y adolescentes, donde se pondera el interés superior de las infancias, el derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo, la participación de la niñez y la no discriminación.
Firmado por 190 países, a excepción de Estados Unidos, establece que los Estados que lo ratifiquen deben asegurar de manera obligatoria que todos los menores de 18 años gocen de los derechos contenidos en él sin distinción de raza, color, idioma, nacimiento o cualquier otra condición del niño/a, de sus padres o de sus representantes legales.