Al menos ocho personas fueron linchadas este martes por habitantes de Mirebalais y de la cercana población de Saut d’Eau, al noreste de Puerto Príncipe, tras atacar la víspera con armas automáticas un hospital, mientras los vecinos buscan a más miembros de bandas.
El Hospital Universitario de Mirebalais, ciudad a unos 40 kilómetros al noreste de la capital haitiana, vivió una noche infernal bajo el fuego directo de armas automáticas y el centro sanitario, frecuentado habitualmente por personas vulnerables, presenta agujeros de balas en sus muros.
Desde primeras horas de esta mañana, jóvenes armados con machetes y palos recorren las calles de Mirebalais y Saut d’Eau en busca de otros supuestos miembros del grupo de asaltantes, que podrían estar en campos o casas abandonadas.
Más de 250 presuntos bandidos han sido abatidos en Haití desde abril pasado en el marco del movimiento Bwa Kale, lanzado por la población de diversas partes del país para combatir las acciones de las bandas armadas en sus barrios.
Nuevos ataques, pese a la tregua anunciada
El ataque contra el hospital de Mirabalais se produce días después de que líderes de las principales coaliciones de grupos armados, como el GPEP y G9, anunciaran una tregua para facilitar la reanudación de las actividades en Haití. Las dos coaliciones armadas afirman ahora que están unidas en una asociación bautizada como Vivre Ensemble (Vivir Juntos).
Desde hace varios días, Saut d’Eau es objeto de repetidos ataques por parte de bandas de Village de Dieu (en pleno centro de Puerto Príncipe), en los que al menos una decena de civiles han muerto y una comisaría de Policía ha sido incendiada. Estas acciones se producen después de que un cargamento de municiones de la banda de Village de Dieu fuera supuestamente sustraído por civiles, según vídeos que circulan por las redes sociales.
Este lunes, a su regreso de la Asamblea General de Naciones Unidas, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, reaccionó a la supuesta tregua entre grupos armados afirmando que los bandidos siguen siendo bandidos y no pueden facilitar la paz y la convivencia. «Las bandas no pueden traer la paz. Las bandas no pueden unir a la gente. Las bandas son símbolo de división. Los actos deshonestos que están teniendo lugar en Saut d’Eau y los actos de destrucción en Carrefour-feuilles demuestran claramente que los bandidos siguen siendo bandidos. Los bandidos son criminales. Los bandidos son asesinos», aseguró.
Lucha por el control del territorio
Por su parte, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó en un documento publicado la semana pasada que parece mantenerse otra tregua entre bandas acordada a mediados de julio pasado. Sin embargo, alertó, estos grupos «parecen estar aprovechando esa calma para concentrar sus esfuerzos en ampliar su control a zonas que aún no están bajo su influencia».
Esta situación ha dado lugar a enfrentamientos extremadamente violentos entre las bandas y la población local, en especial en los barrios donde se han formado grupos de autodefensa. «Es posible que el cambio en la dinámica de las bandas esté en parte relacionado con los avances en las conversaciones sobre el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad», señaló la organización.