Los hogares siguen reduciendo el dinero que tienen depositado en los bancos a un ritmo sin precedentes, tanto para destinarlo a otros productos de inversión y ahorro más rentables como para paliar el golpe de la alta inflación. Las familias tenían 963.040 millones de euros en cuentas corrientes y depósitos a plazo en las entidades financieras al cierre de agosto, 11.965 millones y un 1,2% menos que un año antes y 3.199 millones y un 0,33% menos que en julio, según ha publicado este martes el Banco de España. Lo más significativo es que desde el máximo histórico de 984.887 millones que llegaron a acumular el pasado diciembre, han retirado ya 21.847 millones, el 2,2% del total y la cantidad más elevada en los ocho primeros meses de un año desde que el organismo supervisor comenzó a medirlo en 2003.
La reducción general, eso sí, esconde una pequeña recomposición en el dinero que los ciudadanos depositan en la banca. Los fondos en cuentas corrientes han bajado en 52.493 millones y un 5,7% desde el final de 2022, hasta los 867.621 millones. En cambio, los depósitos a plazo han aumentado en 30.617 millones y un 47%, hasta los 95.617 millones. Es decir, que el lento y paulatino incremento del interés que las entidades pagan por estos depósitos está atrayendo poco a poco a los clientes, pero no lo suficiente como para compensar la fuerte caída del dinero que tienen guardado en sus cuentas corrientes.
Los bancos, así, se comprometieron a pagar una media del 2,33% en los nuevos depósitos a plazo suscritos por los hogares en julio (último dato disponible), algo más que el 2,21% de junio pero notablemente por encima del 0,15% de julio del año pasado (cuando el Banco Central Europeo comenzó a subir los tipos oficiales para combatir la inflación) y del 0,67% del pasado enero. Eso sí, la banca española sigue remunerando estos productos de ahorro menos que la media de la zona euro (2,83%) y de lo que paga a las empresas (3,11%). Además, el 90% del dinero que las familias tienen en las entidades está en cuentas corrientes con una remuneración media del 0,12%, cuando en 2014 (año en que el BCE situó los tipos en negativo para reactivar la economía) se repartía más o menos a partes iguales entre cuentas y depósitos a plazo.
Letras del Tesoro
La resistencia de los bancos a elevar la remuneración de los depósitos ha contribuido a que las familias disparen su apuesta por las letras del Tesoro. Como consecuencia de las alzas de tipos del BCE, el interés de estos títulos de deuda a corto plazo ha escalado desde niveles negativos a comienzos de 2022 (el Estado devolvía menos de lo que recibía) a pagar entre el 3,49% y el 3,73% en las últimas subastas. En consecuencia, las familias tenían 18.523 millones de euros en letras al cierre de julio, la cifra más alta desde que arrancó la estadística en 2002. De hecho, han pasado a ser el primer poseedor español de letras del Tesoro, por delante de los bancos por primera vez desde que hay datos.
Asimismo, los ciudadanos han aumentado el ahorro destinado a otros productos financieros. En el primer trimestre, los hogares realizaron suscripciones netas -aportaciones brutas menos retiradas- por valor de unos 12.564 millones de euros en fondos de inversión, la cifra trimestral más alta desde que comenzó la estadística del Banco de España en 2015. También aumentaron sus aportaciones a seguros y fondos de pensiones (en 2.334 millones), pero la bajaron en acciones (en 1.163 millones) y otro tipo de participaciones en el capital de empresas (en 1.882 millones).
Otro factor que explica la disminución del dinero que los ciudadanos tienen depositado en los bancos es el inusitado encarecimiento de las cuotas hipotecarias a tipo variable. Los hogares que se lo han podido permitir han tratado de paliar repagando de forma anticipada parte de sus créditos para reducir la cuota. Entre enero de 2022 y marzo de 2023, así, las familias realizaron amortizaciones anticipadas (superiores a las que estaban obligadas en sus pagos regulares) equivalentes al 9,2% del saldo de hipotecas variables existente al cierre de 2021 y al 6,4% de la cartera de hipotecas a tipo fijo. Y la tendencia se ha acelerado en los últimos meses. El año pasado, los hogares amortizaron -entre pagos regulares y anticipados- unos 54.700 millones de euros, mientras que hasta julio han destinado a este fin 69.457 millones.