La flota que cotidianamente une la capital correntina con la chaqueña cuenta hoy día solo con seis móviles. Eduardo Torres, el titular de esa empresa, narró cómo le hacen frente al contexto económico y la constante suba en los combustibles.
El servicio interprovincial de remises es una pieza clave para la movilidad diaria de muchas personas que viajan desde Corrientes hacia Resistencia (y viceversa). Sin embargo, el presente de la única flota que brinda tal prestación no es el mejor y, como otros integrantes del transporte liviano local, se encuentra afectado por la incertidumbre económica, los aumentos constantes del combustible y la dificultad para ajustar tarifas sin ahuyentar a los usuarios.
A la luz de ese presente, Eduardo Torres, propietario de la solitaria empresa que brinda el servicio de remises Chaco-Corrientes, brindó un semblanteo del momento que atraviesan los trabajadores del rubro.
“Hay días que se trabaja bien, hay días que no”, resumió Torres al describir la irregularidad en la demanda. Esta inestabilidad, según explicó, no es nueva, pero se intensificó en los últimos meses producto de la situación económica general y la pérdida del poder adquisitivo de los usuarios, quienes cada vez optan con mayor frecuencia por compartir viajes o, en el peor escenario, reducir su movilidad.
El sistema sigue operativo, aunque limitado. “Seguimos siendo seis autos los que estamos trabajando”, señaló y ensayó un balance de lo transcurrido del año. Afirmó que para el sector, 2025 no muestra ni ganancias ni expansión, sino apenas la posibilidad de sostenerse. “Es un empate”, reconoció el referente y dejó en claro que la prioridad es resistir y mantener el servicio, aunque sea con lo justo.
Hoy, los remises interprovinciales circulan de 7 a 20 en sus paradas de Plácido Martínez 1018 en Corrientes y en Frondizi 416 en la capital chaqueña.