Se organizan, cada martes, para alistar todo lo que haya que alistar, en este caso un guiso con pollo para repartir a 600 personas en situación de calle en Paraná. Desde temprano, las 5 de la tarde, se reúnen en las amplias instalaciones del exAsilo San Antonio, contiguo a la parroquia Nuestra Señora de la Piedad.
Un grupo de voluntarios prepara la comida, y la rutina está harto aprendida: alrededor de las 20 empiezan a salir en tandas para repartir la comida. Son 600 raciones, y usualmente se distribuyen todas, cuenta Omar Cabrera, uno de los coordinadores de Un Cielo Nuevo. La Providencia, dirá también, jamás los deja sin los ingredientes necesarios para cada cena.
-¿Cuántas viandas preparan?
-Nosotros por lo general preparamos 600 para no quedarnos cortos en lo que es el recorrido. Pero todo depende de la altura del mes o si hace un día feo y está lloviendo, aunque a veces, por más que llueva la gente igual nos espera. Después del 10, que es la fecha de cobro de los planes, empezamos a encontrarnos con unas 250, 300 personas en la calle: no retiran para uno, sino para más de uno. “Dame para tres”, “Dame para cinco”, nos dicen. Nosotros calculamos que son alrededor de casi 600; entre 550 y 600 raciones preparamos.
-¿Qué entregan?
-Además del guiso bien calentito y bien colmado de verduras -alrededor de 17 pollos, cerca de 120 kilos de verdura, 26 kilos de pan-, vamos a salir con tortas fritas y con chocolate. Esa es la novedad de esta noche.
-¿Cómo hacen para poder sostener este servicio?
-Hay algo que se llama Providencia. Colaboramos nosotros, los voluntarios, y hay un grupo de personas y empresas que colabora también, y que saben el fin que tiene esto. Nosotros tenemos una figura que se llama “padrino” y con esto nos vamos sosteniendo. Gracias a esa colaboración compramos un freezer, vamos equipándonos, bien, pero siempre estamos contando y buscando personas que nos vayan apoyando.
-Además de la demanda de comida, ¿qué más les pide la gente?
-Nosotros entregamos, cada 20 días, abrigos y frazadas. Si salen a la calle se van a encontrar con personas que realmente la están pasando mal. También entregamos medias y calzado. Acá en la parroquia está funcionando también un grupo que se llama Misionando con María, que sale a la par de nosotros: hacen un censo a las personas, para saber qué necesitan, además de la comida.
-¿Se nota el crecimiento del consumo en la calle?
-El tema de adicciones ha crecido un montón. Esto es algo que es muy fuerte, lo conocemos, lo palpamos.
-¿Cuántos puntos de entrega tienen ustedes?
-Tenemos alrededor de siete u ocho puntos donde entregamos lo que es el alimento. La mayor cantidad de gente se concentra en la esquina de la parroquia (Paraguay e Italia), en la Catedral, detrás de la Facultad de Ciencias Económicas, y en la parroquia Sagrado Corazón. Esos son los puntos donde más personas se encuentran. Incluso, en la zona de Sagrado Corazón hay mucha gente realmente en situación de calle. Están durmiendo debajo de los árboles o están durmiendo ahí.
-¿Han visto un crecimiento en el número de personas?
-Sí, claro, hubo un crecimiento. Hace un año, prácticamente en abril del año pasado, abril-mayo del año pasado, fue cuando explotó la cantidad de personas. Cuando yo empecé a colaborar, en el año 2021, había 70 personas en la calle. Perdón: ese era el número de personas que iban a comer, no sé si era la cantidad que estaba en la calle. Ahora hablamos de 600.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora